Estrategias de alimentación y retos de la acuicultura tropical

Resumen

La alimentación representa más del 50% de los costos operativos en especies comerciales de acuacultura tropical como tilapia y camarón, mientras que, en especies emergentes como el robalo y las mojarras, aún en desarrollo biotecnológico, los costos son difíciles de estimar. Es crucial optimizar dietas y prácticas alimenticias para garantizar la rentabilidad y sostenibilidad de la industria acuícola en crecimiento. El uso de alimentos especializados para etapas críticas, como la reproducción y la cría de larvas, implica costos elevados, pero se justifica por la mejora en la calidad de la progenie y el crecimiento de larvas. Sin embargo, la falta de alimentos específicos para especies emergentes obliga a usar dietas genéricas, como las diseñadas para tilapia o trucha, que pueden no satisfacer las necesidades nutricionales óptimas. Este enfoque limita la evaluación productiva de estas especies y, a largo plazo, el desarrollo de dietas específicas para su comercialización. Las mejoras en las dietas incluyen nuevos ingredientes y procesos tecnológicos que buscan aumentar la eficiencia, reducir costos y minimizar el impacto ambiental. Por ejemplo, la inclusión de harinas de origen animal ha mejorado la aceptación de dietas para especies carnívoras. Sin embargo, el diseño de protocolos alimenticios sigue siendo un reto, particularmente para larvas, donde el uso de alimento vivo es común pero costoso. La genética y el manejo ambiental son factores determinantes en el rendimiento productivo de especies comerciales. En México, la limitada aclimatación genética de la tilapia importada ha generado desafíos, como episodios de enfermedades y estrés, que afectan el crecimiento y desincentivan la inversión. La integración de biotecnologías como probióticos y prebióticos ha demostrado beneficios en el manejo integral del cultivo, reduciendo el estrés, mejorando la eficiencia alimenticia y disminuyendo el impacto ambiental. Es necesario destacar la generación de estrategias informadas que consideren tanto recursos locales como información global para minimizar riesgos ambientales y sociales, promoviendo una acuicultura responsable y sostenible que equilibre beneficios económicos, sociales y ecológicos.